viernes, 23 de julio de 2010

NARRATIVA DIGITAL/

Ya no vive nadie en ella, y a la orilla del camino silencioso está la casa,
se diría que unos muertos y otros vivos se marcharon para siemmpre,
se marcharon para siempre de la casa.
Se marcharon para siempre por que tenían muerta el alma.
Gime el viento en los aleros,
desmoronánse las tapias,
se cerraron para siempre sus ventanas.

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